Este loro no se equivoca cuando se trata de colocar botones de colores en un recipiente del mismo color.
Sin dudarlo, introduce cada uno de ellos en el lugar correcto, y luego, muy orondo y satisfecho, recoge la recompensa por sus acertadas decisiones. No importa que se cambie de lugar los recipientes para intentar confundirlo, pues él siempre responde adecuadamente.
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