Lanzar adrede la pelota fuera de su cerco, con la indisimulada intención de que las personas que pasan por allí se detengan y se la lancen de regreso, es una buena forma de agenciarse compañía.
Eso lo sabe este collie, y por eso repite todo el tiempo la maniobra. Con ello se asegura de tener no sólo uno, sino múltiples y eventuales compañeros de juego.
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